miércoles, 7 de noviembre de 2012

EL BIENAVENTURADO


Aquel hombre de enfrente,
simple de corazón,
agonizó sus años
corriendo a tres empleos.
Un día, simplemente,
su simple corazón
le estalló en una esquina
y despertó en el cielo.

Dios, bonachón y antiguo,
le dio la bienvenida, palmeándole y diciendo:
qué cuenta de la vida?

Y aquel hombre de enfrente,
simple de corazón,
se quedó boquiabierto
y preguntó: qué vida?

ARMANDO TEJADA GÓMEZ 
Publicado en la revista Isla Negra 331

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