martes, 20 de noviembre de 2012

A CELIA, CON CINCO MESES


A Celia, con cinco meses, seis, aún no le decimos hija pero mientras, miramos cómo ella nos observa con ojos de búho, cómo va creando su mundo con pedazos del nuestro como si fuéramos una foto que se zarandea imperceptible y que avanza y sugiere, como si fueran nuestros gestos una onda expansiva para adquirir la fuerza psíquica que serán defensas psicológicas para luchar en la basura que va heredando a nuestro pesar. No le decimos hija, esa palabra que no abarca todos nuestros sentidos a su disposición. A cambio solo su presencia poco a poco encontrará penas, envidias, rencores, odios y una buena base de fuerza y besos. Todo lo que la palabra hija sugiere y merece aunque siquiera parezca que no la llamamos hija.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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