Busque en el abismo
de un inmenso mar
donde las gaviotas de cristal
alzaban sus alas para aprender a volar,
donde las sirenas
cada noche paseaban
por la orilla de la playa.
Llegue cuando la niebla dormía
y desnude mi cuerpo
para pasear tras las huellas
que dejaste el verano pasado
y buscar entre la arena
algas que se confundía con tu pelo.
Sola estoy en esta playa
sin barca, sin equipaje…
Con tu nombre en mi sienes.
He dibujado en la arena
un corazón quedándome dentro
y he tirado al agua los barquitos de papel
que construía con tus recuerdos.
Mientras la brisa me acaricia,
la arena me abraza
y todo queda en silencio…
María Sánchez -San Fernando-
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