sábado, 27 de octubre de 2012

PROTEGERME CADA INSTANTE


De las montañas escarpadas
quédome con sus laderas,
de los caminos transitados
quédome con sus cunetas,
del sol más justiciero
quédome la hora primera,
de la luna de tu cielo
quédome su cara llena.

Del placer de conocerte
me quedo el primer día,
del dolor de olvidarte
la siguiente mejoría,
de tu ausencia más eterna
esta esperanza infinita,
del pecado de soñarte
despertar en otra vida.

He renunciado al riesgo
que me hace vulnerable,
he prevenido al futuro
del pasado tan cambiante,
he firmado con la muerte
una tregua interminable,
he jurado ante el destino
protegerme cada instante.

Gustavo González -Valladolid-

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