Rugiendo destapa la paz de mi calma
su fiebre amorosa de estirpe musulmana.
Allá donde acampan las letras inquietas
de su puño orquestado por su estrella y su luna.
Enfundada de colores que animan su estado,
hoy sueño que todo se muda de aires,
y la brisa ondulante verdiblanca ruborizada
serpentea entre dos mares
celebrando el proemio de una luz naciente.
Yolanda Aldón -Barcelona-
Publicado en Suplemento de Realidades y Ficciones 54
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