viernes, 19 de octubre de 2012

CANTO VI


Dulzura la tuya,
almacenada en alacenas viejas
no dejas, valiente compañera,
que te sobresalte la tierra.
Lo humano…
cuando tú divina humana,
mujer, amor, mi amor de siempre.

Nuestras vidas,
no, no se tuercen, enfilan recto,
desafiantes,
montes, cumbres…
tan cerca te sientes,
tan lejos te siento.
Llanto, tu llanto se pierde,
no hay eco en el valle,
nunca habrá ese eco,
aun vibra el rio,
te miraste en él sonriendo,
Y los pájaros,  me dijeron:
Tu vida se enriquece..."

Del libro Canto general de otoño de J. ANTONIO NOGUERAS
Publicado por María Sánchez en el blog La casa de valle

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