SOLDADOS DE MI CUERPO

Soldados de mi cuerpo, soldados de tu cuerpo,
alineados, se alistan, se preparan para la batalla campal
de amor, de nosotros sobre la cama, una guerra en que
nadie muere solo nosotros exhaustos en nuestros brazos.

Están en espera como balas, los besos de tu boca.

En desorden mis besos caen como lluvia fresca, salpicante,
pico pico pico, condorito, quien te has dado tanto pico.
Cae mi lluvia de besos y se oyen sobre las vastas y blandas
praderas de tu cuerpo.

Planto mi boca sobre tu herida, la chupo.
Suenan truenos y relámpagos. Nuestros corazones latiendo por nosotros.

Árboles, ríos, obstáculos se interponen, volamos por el cielo,
todos los caminos guían hacia tu centro, cúpula de amor.
Bebo ávidamente de los vasos de carne de tu pecho.

Besos, te doy, besos me das, besos cambiamos, intercambiamos besos, lluvia de besos, tus besos en mi acortan la noche, mis besos en ti buscan alargarla.

Amándonos, nos amamos sin percatarnos del tiempo,
que desaparece, esfumándose en el aire, o sin percatarnos
del día que anochece, ni nos percatamos de la noche nítida que envejeces sobre nuestros cuerpos.

Rafael Pérez