Silencio de cal y mirto,
manos entre las sedas finas,
Reme esta bordando alhelíes
y haciendo miniaturas bellas,
con sus lanas y sus agujas.
Vuelan por su mente fina
ropitas y miniaturas.
Su esposo la observa embelesado,
y aunque no se lo dice, por prudencia
y se lo calla, -pero lo piensa-
¡Qué manos tiene! ¡conque gracia!
le da forma a todo lo que toca,
con esas manos que parecen mariposas...
Sobre una seda pajiza,
ella quisiera bordar,
flores de su fantasía,
margaritas y azucenas,
de las que jugaba de niña.
¡Qué azafranes, qué lunas,
pasan por su fantasía de mujer-niña!
Conejo con caracoles se hace en la cocina,
le pone cariño y sabor a este manjar de la vida...
Pero ella sigue con sus flores,
mientras trae el aroma la brisa;
la luz juega al ajedrez
entre sus labores y su cocina...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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