sábado, 8 de diciembre de 2018
INDÍGENA...
A mi tierra yo la llevo
atada entre mis calzones,
unida a mi loca senda
y en mi alma en locaciones,
y en mi corazón colgada
forjada en desilusiones,
soy indígena señores
no indio como muchos dicen,
mis raíces son la tierra
y las mieses sin embustes,
de llanuras harapientas
y cordilleras heridas,
selvas, montes desolados
por la fiebre del hombre blanco,
buscando el oro amarillo
oro blanco y hasta negro,
semillas, especies perdidas
entre manos enemigas,
por la explotación cauchera
la mineral osadía,
y la máquina minera
devastación y mentira,
en avaricia sin quiebre
en la justicia podrida,
soy indígena y respeto
la tierra, audaz pachamama,
donde el blanco invasor
izó su bandera hambrienta,
y se desoló el despojo
y el robo con sed sedienta,
llevo un nombre dizque español
y un apellido lacustre,
europeo, falso rumor
americano sí, sin una pizca de embuste,
y no se porque razón
si soy de esta tierra ilustre,
indígena a mucho honor
así a muchos no les guste,
y sigue ardiendo el despojo
de indígenas que se creen blancos,
llenando sus locos bolsos
de la sangre de sus hermanos,
reniegan hasta de su sangre
ya seca entre la masacre,
y roban a sus antojos
como hediondos holgazanes,
mequetrefes dirigentes
políticos viles, inanes,
de sangre indígena escondida
entre sus blancos costales.
José Vicente Castro Romero -Colombia-
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