sábado, 29 de diciembre de 2018

AQUELLAS PRIMAVERAS


Caminar por esos campos
que van sonriendo,
algo tímidos, a ese tiempo
de los prados floridos.
Con el cielo muy azul
y los almendros reverdecidos.
Y ese mar a lo lejos,
muy lejos. ¡Tan lejos!
Son días de alegría,
difícil de describir
de cincelar con palabras
de darle forma a esa vida,
deseando plasmar su belleza.
Colgando de un poema,
aromas y sensaciones
que solo puede escribir el alma
y a veces también la nostalgia
en su búsqueda incesante...
Que nos devuelve brusca
como un rayo en la tormenta
sin ser invocado ni llamado.
Clavándosenos muy dentro;
todo arde en ese instante
en un punto del cerebro.
Y en ese momento sabemos
que aquella primavera
que nos hizo recordar
junto a la que nos rodea.
Ésa que creímos ver hoy...
Ésa como ciertas golondrinas
que un gran poeta cantó.
Ya no regresarán nunca más.
Y nos deberemos conformar
con las que nos regale la vida.
Parecidas pero no iguales,
espejismos que se funden
que se mezclan, que no están.
Caminaremos por esos campos
de rocío hoy perlados...
Con aromas familiares, recordados.
Pero desnudos, nostálgicos
de aquellos seres y sentimientos
que nos daban la mano
sonriendo a nuestro lado
sobre otras primaveras
que hoy, no llegamos a alcanzar
ni con la punta de los dedos
acariciando otras flores,
tan iguales y tan distintas.
Mas las visualizamos ahora,
al cerrar fuerte los ojos,
con el alma y con el viento
que nos regala esos aromas
a retamas, a tomillo,
a romero y primaveras...
Todo junto, todo unido
a ese hoy y a ese ayer.

Caminar por esos campos
que van sonriendo
algo tímidos a ese tiempo
de los prados floridos.
Con el cielo muy azul...

MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-

No hay comentarios:

Publicar un comentario