Ella la dejó volar amorosa,
pisando la filosa espada en su camino
pudo dudar de lo que hacía,
pero segura estaba que lo quería.
No existe amor más grande,
que quien deja volar por amor
tal vez suene a confusión,
jamás lo haría quien teme la sangre.
Si algún día algo quieres destrabar,
no arrastres con todo y deja de jalar
detente y verás que algo cambiará.
Y si el gorrión regresa a tu flor,
allí su nido construirá y se quedará
porque fue y volvió por amor.
Temo Carlos de la Cruz -México-
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