lunes, 31 de diciembre de 2018

EL VELATORIO


Dedicado a JL Borges.

Cuando observa los dolores
a una puerta en par, el hombre
toma del suceso la solemne seriedad
a que éste obliga.
Porque a todos nos obliga
no el dolor, sino el sentido
que la muerte como mal alcanza en cada uno.
Y lloramos en la casa del hermano
nuestro fin, la propia humillación, no al muerto.
Y es entonces,
en el tiempo que pudiera ser sublime
pero se hace, sobre todo, circunstante,
cuando el hombre, por temor y deferencia,
se aproxima sin escándalo a la muerte.
Porque muerte es, al cabo,
lo que hay de realidad en todo velatorio.
Ella es, tras esa gravedad humana de semblantes,
quien exalta la impotencia de los hombres.
De los vivos,
que aún se empeñan en inútiles sollozos.
Y del muerto, del recién constituido,
del que acaba, sin que nadie lo comprenda,
de alcanzar su plenitud.

Del libro Mitad de amor, dos cuartos de querencias de Mariano Estrada

No hay comentarios:

Publicar un comentario