Cuando llegué a este país, la más pequeñita me engañó,
diciéndome que en su piernecita sentía un gran dolor;
y aquella inocente picardía me cautivó,
y así se ganó a mi viejo corazón.
Desde este viejo jardín
floreciste cual bella flor;
y desde siempre esperé con orgullo
el aroma de esa linda flor.
Ya vas a cumplir quince años
fue una hermosa primavera,
de alegrías renovadas y sin engaños,
cuidándote para que crecieras.
Depositamos en ti nuestro amor
como en una flor que sembré;
con paciencia y con candor,
cada día con ilusión regué.
Cuando se abrió ese capullo
nuestro corazón se alegró;
ya que era ese lindo fruto
con el que el creador nos premió.
Hoy tenemos un poco de nostalgia,
pues pronto te marcharás;
a llenar con tu aroma otro jardín
y a formar tu propio hogar...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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