Déjame continuar mi sueño fingido sigue con tu hacer que es placer a los sentidos.
Suave roce de tus dedos mi intimidad despiertas aromas de deseo en las sábanas se impregnan.
Ardiente tu pecho en mi espalda colocas basándome el cuello bien sabes me provocas.
Lentos movimientos de caderas unidas
Rítmico vaivén en danza compartida.
Sigamos al paso del ritual esperado tu huella de nuevo en mí ha quedado.
Descansa un momento y finge que duermes el tiempo es mi aliado y sé lo que quieres.
María Villicaña
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