Ángel, simpática, encantadora,
pocas huellas de las lunas llenas.
Piernas torneadas, cintura de avispa,
semblante fresco, sonrisa fascinante.
Elegante cortesía el verme en sus ojos,
Oh, se aceleran latidos de mi corazón.
Su figura no abandona mis pensamientos, mis sueños,
rodeada en versos de Cortázar, Sabina, Neruda…
Silenciosa araña que me devoras… sin brindis,
traición al júbilo, al optimismo del alma.
La noche del secreto encuentro, luces rojas,
¡no me beses! las orejas de Vángoth,
Las axilas depiladas, los senos de Milo,
Son tormentas explosivas de risas, tu lengua de pluma.
Sentenciado al Kadalso o encontrar con rapidez el culmen,
punto deseado, incontrolable, convulsivo...
La fresa húmeda ardiendo, descubrimiento y conquista.
Tálamo desordenado, sudores, gemidos y derrumbes.
En el cuello la filosa espada del Rey Ricardo, corazón de león,
…así morirán los infieles poetas enamorados, ¡anda con cuidado!
Sin remedio, me uní a sus CRUZADAS SAGRADAS, las adoro…
Caderas, piernas, senos desnudos, besos de miel,… los dos cruzados...
Sin límites, ni corduras... ¡Por siempre!
Álvaro Álvarez Rojas (aprendiz de poeta) -Colombia-
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