lunes, 3 de septiembre de 2018

POEMA AL DESAMOR


En medio de la calzada, te vi venir de frente
andando cabizbajo, con paso quedo
como si la vida te importara un bledo
ido, muy lejos, buscando un accidente.

Te atravesaste imprudente… frené con fuerza,
pregunté: ¿qué te pasa? y me dijiste en actitud serena:
¿No sabes que llevo en mí un costal de penas?
¡Qué te importa! ¡Qué grande es mi aflicción!
Si de la mujer amada, a quien amé como a nadie,
sufrí el desdén, el descuido y la traición.

He perdido la razón. ¡Ya qué más da!
Y la angustia me aconseja coger vía,
por rumbos y caminos que escoge el desvarío
¿Qué importa a donde voy, de donde vuelvo,
si en vano escapo a un cruel amorío?

Si, por ella que fue mí consentida,
siempre tras ella como bestia por la brida;
dime tu, ingenuo entremetido:
¿Quién consuela mi alma adolorida
si para mi, sin ella ya no hay vida?
¡Todas mis ilusiones se me han ido!

Noches insomnes he velado
buscando razones a la sinrazón perdida
turbado asumo y desato pensamientos
cual si fuera un poseído,
y en el movedizo suelo de las dudas
paréceme haber enloquecido.

¿Por qué siempre he de tenerla en mente?
¡Hasta donde ha de llegar mi adoración!
Que soy la risa, la burla de la gente,
¡Qué sabes lo que pesa este baldón!

ABEL RIVERA GARCÍA.

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