Amasa con tus dedos el hojaldre
y ensucia con harina tu pelo
para rellenar de cabello de ángel
la masa de tu pastelero,
riega con dulce de ágave
bajo tu mandil, los tocinitos de cielo.
Una tarta de tres chocolates
con frambuesas del invernadero
en el que con melodías cultivaste,
ve y pide vino dulce al mesonero
y en el horno de tu madre
cuatro Ave María y un Padre Nuestro.
Confitura de frutas en las manos
que pintan mantequilla a tus buñuelos
y un poco de azúcar vainillado
caramelizada al calor del fuego,
las fresas que tintan tus labios
relamen con pasión tus dedos
que tiñen mis ojos de helado
y tornan membrillo mi cerebro.
Una corona de frutos secos
enjoyadas en pasas de Corinto
de oscuros tonos bermejos
decoradas al son de tus trinos
a la espera del sabor de tus besos...
Y miro el cruel desatino
y envidio las claras de huevo.
Luis Maria Saiz Laso
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