Antes, todo era cariño,
hasta mi alma le ofrecía,
pues su amor era divino.
la pasión contribuía,
pero el tiempo nos arrugó la partitura
de baladas de otros bailes sugerentes
atrapando desdichas y conjeturas,
y la noche nos abraza indiferente.
Rasgando la noche lágrimas caían
y su tinta negra ensuciara todo.
El amor de mi agonía:
hoy, mi musa es traicionera,
tan traicionera me quita
la alegría que tuviera
al deshojar margaritas,
y el valor que sé que tengo
de dar amor triplicado.
Más amor es lo que quiero
para seguir respirando.
Fúnebre es la soledad
en la noche oscura en balde
sin encontrar voluntad.
María Sirena Matri Mar -España-
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