lunes, 3 de septiembre de 2018

HORA SIN RUMBO


La calle atardece con balcones entreabiertos.

Aromas asomadas por las ventanas.

Fragancias de macetas.
resbalan por las paredes.

Nubes que van desmigándose.

Mis pasos se tiñen de sombras.

Hilos de luto los hilvanan
al filo de la media noche.

Madrugadas despeñadas
entre danzas de pleamares de amor,

Con un temblor y un resplandor de fuegos no apagados.

Con el mar comparto su lujuria.

Con las olas el vaivén del éxtasis.

Y me arrullo con la espuma
en el vacío.

Sólo queda una lágrima en abandono danzando por una hora sin rumbo.

Carmela Linares

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