FERVIENTE DE PASIÓN
Tu elegancia rosal, es refulgente,
brillante lindura que es atracción,
figura- ferviente tan encantadora.
Ferviente de pasión- fascinadora,
deleitable de luminosos encantos,
más tentadora y más provocativa.
¡Tu presencia es carisma señorial!
Ilusión hermosísima y amabilísima.
eres divina y reina tan majestuosa.
¡PERÚ, TIERRA INCA Y ENCANTO MÁGICO!
(Décima luminosa)
Ésta es mi patria, la nación más bella del mundo,
¡Perú!, el bello encanto majestuoso tan profundo,
esplende al Universo con grandiosidad luminosa,
cosmopolita, atiborrado de hospitalidad fastuosa,
bañada por el Pacífico con Paradisíacos litorales,
emerge tan imponente la cordillera de Los Andes,
con esplendorosa-reluciente vegetación selvática,
radia la Inducción Telúrica del Cuzco que purifica,
¡Tierra Inca!, país turístico, ¡vergel del firmamento!,
°La Ciudad de los Reyes°, brilla con merecimiento.
°UN SOLO PUÑO Y CORAZÓN BLANQUIRROJO°.
AMOR AMANECIENTE
En la alcoba colorida de fogosidad fascinante,
¡Tú y yo!, dos almas enamoradas y ansiosas,
se acarician tiernamente - penumbra gozosa,
dos velas rojas y una copa-elixir embriagante.
¡Es tu mirada!, tan esplendorosa - electrizante,
tus manos palpitantes de pasión - fascinación,
contemplo tanta dulzura- seducción atrayente,
es la noche más efusiva, llena de imaginación.
Como una onda magnetizadora, y destellante,
en versos plasmo mi amor tan esplendoroso,
a la sublime dama que es un sueño anhelante,
y que hoy, esplende el cariño muy majestuoso.
Es bello albor apasionado del lecho afectuoso,
nos entregamos apasionada - libidinosamente,
es belleza tan perfecta del espíritu–primoroso,
y la noche cubre el velo de amor amaneciente.
¿DÓNDE ESTÁS CORAZÓN?
¿Dónde estás corazón?, linda reina de resplandor,
no oigo tu palpitar, no siento el calor de tus besos,
te busco en mis sueños, no te hallo, es decepción,
observo la lejanía, te acercas, es pura alucinación.
¿Dónde estás corazón?, mujer bella-encantadora,
te extraña mi alma descorazonada-menoscabada,
está tu afección en mí, sin poder cómo acariciarte,
solloza el vate enamorado, es afectación del alma.
¿Dónde estás Corazón?, que el alma se pregunta,
elevo mi ternura- infinita y sumiso a tu preciosidad,
mi embeleso excede, trasciende el encantamiento.
¡Te esperaré por siempre!, aunque sea una ilusión,
mi Corazón perennizado en tu imagen-majestuosa,
ávida de tenerte en mis brazos-dichosos de amor.
Julio César Portella Medina -Perú-
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