Toy llorando sin consuelo,
y hago un caudal con mis penas,
y siento como en mis venas,
corre la sangre ligero.
La india hoy se murió,
y me dejó entristecío,
ahora el cariño mío,
en lágrimas se quedó.
Mis hijos con tierna voz,
preguntan por su mamita,
yo les digo: está bonita,
en los campos de mi Dios.
Solo y al viento le grito,
con la india aquí en mi pecho,
voy a caminar derecho,
para cuidar mis hijitos.
Juan David Romero -Colombia-
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