miércoles, 26 de septiembre de 2018
EL ESPÍRITU DE BOABDIL, LLORANDO POR GRANADA
Estoy aquí, sentado en las puertas de Granada
como con una cesta de frutas verdes intactas;
viendo los fragmentos de mi adorada Granada,
de multitud de ídolos y dioses antiguos derribados...
Los llevo incrustados en la sangre,
son los espíritus de mis antepasados;
que lloran por haber sido de la alhambra desterrados,
queriendo recomponer sus caídas estatuas.
Y sube hasta mi boca un amargo canto: -llorando por Granada-
queda en mi alma un pesar por no haber sabido
defenderla, ahora tengo que llorar
como una mujer, triste y desolada.
Pero ya soy el olvido, la traición a mi raza...
el caracol baboso que no supo guardar su casa;
ahora solo me queda mirar los tiempos
sumergidos y los dioses caídos en desgracia.
Pues hasta mi mamá me lo dijo enfadada,
-llora como una mujer lo que no supiste defender
como un hombre con su espada-
ahora solo queda cumplir la pena sentenciada...
Yo sé, en algún lugar, lo mismo
que en el desierto los cactus, un corazón de espinas
está aguardando a Boabdil como el cactus la lluvia...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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