Delirio ardiente
hay en mi boca
se agrietan mis labios,
de sed.
El manantial que nace
en tus labios,
el que apaga mi sed
tus labios encuentran los míos
saciando mi sed,
Viento fresco…
Tu fuego apagaré
desde ese momento
en ti renaceré.
Para darte todo,
entre besos caricias, y tus brazos.
Amor reviviré.
Santiaga Tauste
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