En el embrujo de tus ojos
digo hechizo,
mansedumbre de entregarme
dispuesto al sacrificio,
sumergido
entre dos mundos opuestos,
batallando
soportando otro colapso,
desafío
con la poca cordura que rescato,
después
de haber querido tanto,
mezclado
entre vocablos y eufemismos
repetidos hasta el hartazgo,
voy remando
el sabor agridulce del destino,
que me ata
como un ancla a esta tierra,
donde dejo congelando
lentamente tu recuerdo,
que aún duerme
conmigo por las noches.
Sé muy bien
que después de tantos planes,
sólo puedo comulgar
con la estrategia,
al declararme incompetente
para amarte
o esperar que se derrame
en este intento,
hasta la última gota
de mi aliento derrotado,
que proscrito de tu vida
se recoge,
durmiéndose en sí mismo.
Y en este juego
de amarnos que emprendimos,
hace tiempo
en igualdad de condiciones,
la última pieza
del tablero ha sucumbido,
pues me has dado
jaque mate nuevamente,
soy el rey astillado
en tu camino.
José Luis Gareis -Argentina-
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