VESTIGIOS

Paladeo los vestigios de un beso,
de un carmín de frutos frescos
donde dejo un amor que madura
sumergido en la locura
que lo alterna con el deseo
y se marea a tanta altura.

Que, ya no me veo en su reflejo
pero mirándola, me pierdo
como en ese sabor intenso,
como en un verbo de futuro incierto
que es más que lo que tengo
y en su boca... sabe sincero.

Mis palabras se han difuminado
para mezclarse entre tus labios
como los vapores de un sueño,
asi se confunden mis pensamientos
con elaborados pecados
llamando a la puerta del cielo.

Paladeo los restos de un beso
mientras veo cómo se van durmiendo
las sombras en las esquinas,
tiembla astuta la bombilla
para que sueñe despierto
y la luna asoma de puntillas,
oculta mi mano, mi sonrisa
degustando aquel recuerdo
para soñar con otro dia
en que pueda paladear sus besos.

‎Luis María Saiz Laso