Sin esperar... simplemente despiertan, en medio de la nada.
Y comienzan a invadir mis pensamientos, mis sueños.
Esos monstruos, como yo les llamo, me persiguen a cada momento.
Desequilibran mi mente, mi paz, y el miedo me invade, me sofoca.
Todo se vuelve oscuridad, dolor, tristeza, soledad. Y espero... agazapada en un rincón, a que se cansen de hacer de mi vida un laberinto.
Lentamente uno a uno se vuelven a dormir.
Lloro, sin lágrimas, sin aliento, sin pensar, sólo lloro para desahogarme.
Todo regresa a la normalidad, ¿será que ya no despierten? No, sé que volverán.
Mientras que eso suceda, vivo intensamente cada momento, respiro profundamente, río con alegría, lleno mi alma de paz, de luz.
Y sobre todo amo con toda la capacidad que tiene mi corazón y más, mucho más de lo que puedo dar.
Porque en cualquier momento ellos despertarán...
Monna M. Cortez
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