sábado, 13 de enero de 2018
PECADOS
Logro ver entre el ramaje
de años perdidos entre brumas,
ilusiones muertas y el salvaje
dolor que no se esfuma.
Me azotan penitencias tardías
de culpas desgarrantes y fieras,
torrente de lágrimas fallidas
sin consuelo, perdón ni esperas.
En delirios crecientes de fe
inmolada mi frente ardorosa,
rezo por los despojos de ayer
que yacen en oscura fosa.
Recurrente sueño arremete
en el reflejo insomne de mí
y el descanso huye, promete
celebrar mi despiadado fin.
Los pecados no son esqueletos,
deshaciéndose en tumbas polvorientas,
tal vez fingen estar muertos
pero al final siempre los enfrentas.
Isabel Domínguez Castro -México-
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