Mi madre como yo adoraba esas primeras mimosas que florecen en enero .Y que yo al verlas,año tras año, pienso siempre en su sonrisa...
Las primeras mimosas
habían florecido
sobre las adustas ramas
como tenue nieve amarilla.
Un aroma dulce y suave
adelantaba la primavera
sobre un incipiente enero.
¡Florecer en invierno!
Gritaba mi alma...,
cuando aún era jóven.
¡Qué cruel es enero!
que alarga los días
y acorta la vida
de flores y campos.
Engañando a la vida
y matando con hielo
en noches de escarcha,
petrificadas y frías,
nostalgias lejanas
sobre lejanos caminos,
perfilados al amanecer
con brumas y nieblas.
Donde año tras año,
florecen las mimosas
a primeros de enero.
MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-
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