Hoy recuerdo con nostalgia, cuando la vejez se acerca,
aquellos campos de labranza cuando se hacía las sementeras,
con su yunta de vacas, su yugo y su arado de palo...
y aquellas muchachas que pintaban los garbanzos.
El gañán le cantaba: yo tenía una novia morena
que sólo con mirarla me quitaba las penas...
y arando con sus vaquillas,
le cantaba una copla a aquella chiquilla.
Los surcos de mi besana
están llenos de terrones
y los ojos de tu cara
están llenos de ilusiones
pero de ilusiones vanas...
Y ella con alegría le contestaba:
no me esperes en la besana
chiquillo loco
que tu meré no quiere
ni yo tampoco...
Y con sopas y gazpacho
se hacían las sementeras;
así se esperaba el verano
para trillar la parva y sacar el grano...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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