miércoles, 17 de enero de 2018

DE PLUMAS Y PINCELES


Despiértame en una hora,
creo que me dijo.
Y yo besé el espacio desnudo
entre sus pies y sus ojos,
ya cerrados sin acabar la frase.
Ojalá pintara, pintara, me dije.
Hacer de su espalda
la oreja que no pienso cortarme,
sumergirme en el último éxtasis de la noche
y llevarla como Gioconda o Venus
a habitar desnuda
los arrogantes blancos
de mis cuadernos.
Pero yo no pinto.
Yo disuelvo sus recuerdos en palabras,
en 24 colores combinados,
para que el día en que su ausencia
sea un triste bodegón inerte,
pueda yo escapar de los contornos,
de los trazos, las curvas, y las sombras,
y sumergir mis ojos
en la sal de sus letras.
Pero hoy no,
por unas horas,
habrá silencio de plumas y pinceles.
Porque esta fría noche de noviembre,
ni Goya y su maja, ni Dalí con su Gala,
ni Galeano y sus abrazos y fueguitos,
ni la canción desesperada de Neruda,
podrán acercarse siquiera a describirla,
durmiendo,
 así,
 como ella duerme.

Premio Diego de Losada de Poesía 2017
Pablo García-Inés -Madrid-
Publicado en la revista Carballeda 49

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