martes, 16 de enero de 2018

DE ACTEÓN A DIANA


En la incesante búsqueda del sol, en la hora
en que los cierzos nocturnos las flores abriga,
antes que la desfloración sobrevenga y prosiga,
guardo un aliento al azar para ti, Cazadora.

Dasle a mi juventud lega lo que calla e ignora;
racimos de placeres que a mi psique mitiga.
Yo quisiera que fueras siempre, dulce enemiga,
mi esperanza que guarda la caja de Pandora.

Al fragor de tu cuerpo de piel virgen e intacta,
que mis ojos miraron con mira estupefacta,
lo recuerdo con brío y en mi seso es tesoro.

¡Más que hermoso recuadro contemplé de la copa
del alerce del bosque...! Más que el rapto de Europa
que se va venturosa sobre el lomo del toro.

Norberto Osvaldo Algarín

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