Tengo el presentimiento,
que es poco el tiempo,
que me queda por andar.
No voy a gritar ni maldecir
lo que no puedo evitar.
Pienso y vuelvo a pensar
si mi paso por la vida,
ha terminado y si algo he logrado
al comenzar mi salida,
mi mente ya nada abriga:
Y mi corazón cansado
de haber dado,
más de lo que podía.
No sé si la ruta que siguiera
era la más apropiada,
pero nunca entregué nada,
porque yo nada tenía.
El sendero caminé y alli solo encontré
un mundo lleno de envidia,
al cual mi espalda volteé.
Hoy tengo, el presentimiento
que estos lares voy a dejar,
pienso y pienso muy adentro
si alguien me va a llorar.
No me quiero justificar
como hombre santo y bueno
todos cargamos veneno
que a veces queremos inyectar.
No sé, si he dejado huellas
que alguien quiera seguir,
porque nunca fuí la estrella
ni de la que al mundo me trajo,
de pequeño conocí el trabajo
y de la calle el mal trato.
De mí no hay un retrato,
contraje de gabardina,
la vida "Hermano" fue bien cochina
y en ella yo me envolví,
y de esta perra vida fui
moneda de dos caretas
para poder subsistir.
Tengo el presentimiento
que ya tengo que partir,
no voy a llorar ni reír
que otros lo hagan por mí,
que rían o lloren me tiene
muy sin cuidado.
Cuando cruce a aquel lado
y ya no pueda regresar
con el tiempo se van a olvidar
que yo anduve por la tierra
y yo del otro lado a la vera
por ellos estaré esperando.
Poco a poco irán llegando
y nos volveremos a encontrar
de aquel lado del sendero,
y aquellos que se rieron
cuando yo di mi caída,
llegaran a este campo,
buscando una mano amiga.
Lorenzo Martin -Estados Unidos-
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