lunes, 24 de julio de 2017
ESPEJO
Inquebrantable,
he escuchado cómo el espejo del cuarto de baño,
con risa de hiena ahíta,
explicaba
que desparramado el reflejo del rostro,
ya no era
el del hombre que una vez fue joven,
que ahora,
aún sin surcos ni tropiezos crueles,
como la música de la frontera
y fruta madura
y ojos como pisadas,
se dejaba llevar.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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