Brindemos por la paz
en el cáliz del amor,
en la tarde de solaz
y olvidemos el temor.
Brindemos por la vida
en la copa del verdor,
en la mañana consentida
por este sol arrollador.
Y hagamos de la existencia
la perenne consagración
de la no-violencia
pulsando nuestro corazón.
Enrique Osorio Beltrán -Colombia-
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