COMO ELLA AMA

Se deslizan mis dedos sobre su espalda
buscando un sendero... y una morada,
sus ojos inquietos alimentan mis ganas,
tiembla su cuerpo, suplica su cara
y en su deseo, su boca me llama.

Sé que me habla... pero no puedo
apartar de su falda la sombra de un sueño
en el que cabalga sobre mis besos...
aún sigue descalza, aún creo que puedo
sentir al tomarla, esos pensamientos.

Baja despacio... su dulce sonrisa
buscando el pecado sin que se lo pida...
y yo, desesperado, pero ella sin prisas
sigue envenenando mis fantasías
que, entrego como pago, porque sea mía.

Así, detiene el tiempo con su reflejo
y los sentimientos que no le son ajenos
sobre dos cuerpos rodando en el suelo
empapando los azulejos de sus aposentos,
que no sufren los vientos, tampoco el miedo.

No he terminado... se que no puedo,
sigo rozando su piel con mis dedos
en el sagrario de sus sentimientos
donde he dibujado la forma de ese beso
que me está rogando, entre lamentos
desacompasados, en sudoroso intento
de enamorados consumiendo su infierno.

‎Luis Maria Saiz Laso‎