Duerme mi niño, duerme junto a la playa,
que las olas, en su arrullo, te han de guardar
¡ah! pero si no duermes cuando la noche caiga,
no seré quien te vele, no, será la dama del mar.
Cierra los ojos, las olas te acunan,
te mecen y guardan de todo mal
pero si mi niño grita y aúlla
entonces vendrá la dama del mar.
Dicen que vaga sola las noches de tempestad
embaucando a los insomnes con su penar
amante de verdugo, hija de la oscuridad
¡ay! si no callas, vendrá la dama del mar.
Mujer delicada, talle de coral
piel de porcelana, rasgos de marfil
si en la noche no duermes, mi zagal
la dama del mar vendrá por ti.
Los ignorantes la llaman hechicera
no le atrae la tierra más allá de la laguna
mujer de agua, de sal, reloj de arena
pobres diablos, presos de su mala fortuna
Duerme mi niño, el alba no tardará en llegar
descansa tranquilo, inocente y sereno
deja que vague sola la dama del mar
que aleje de nosotros, su pena y veneno
No hay más necio y arrogante
capaces son de afirmar
sin dudar por un instante
"sólo hay sirenas en el mar".
Ahora cansada, mi niño te pido
cierra los ojos, aleja a los cuervos
no temas, duerme tranquilo
lejos están la dama y sus siervos.
María Luisa Castejón (España)
Finalista del IX Certamen Internacional de Poesía Fantástica.
Publicado en la revista digital Minatura 156
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