jueves, 27 de julio de 2017

ÁNGEL


No venías a exigir, ni a pedir a cambio,
ni a barajar las cartas, ni a darlas,
no viniste a romper moldes,
ni a romper los esquemas,
ni a derribar mitos, ni a quemar naves.
Viniste a enseñarme que valen la pena
los besos mal dados, las miradas furtivas,
las largas esperas, las añoradas
caricias lanzadas sin dueño, sin rumbo,
como sueño fecundo sin despertar.
Viniste a mostrarme el otro lado posible,
esa mano invisible deshecha en caricias
que deshoja sonrisas de espaldas al mar.
Y que se bebe los vientos y se deja caer
del cielo en cada atardecer en la playa.
Viniste arrancándote las alas
para quedarte conmigo
para caminar a mi lado…
Y una tarde cualquiera, te soltaste de mi mano.

Del libro Poemas para leer a deshora de MARÍA ÁNGELES LONARDI -Argentina-
Publicado en Luz Cultural

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