Quiero amarte dulcemente
con amor tierno y sublime
decirte al oído quedamente
que tú serás mi amor por siempre.
Amarte con amor puro que redime
que perdona, que se crece
ante alguna adversidad
y que evita cualquier contrariedad.
Quiero amarte como antes
como se amaba antiguamente
llevarte un ramo de flores
y contarte que el presente
No sera mejor que el mañana
que yo eternamente te amaré
cada hora, cada día, cada semana
y que contigo yo envejeceré!
Tú serás mi diosa
la señora de mi hogar
la mujer dulce y amorosa
la que siempre habré de amar.
Tu amor sera mío
y el mío tuyo siempre será
serás mi cobijo si hace frío
y la sombra que del sol me cubrirá.
Te amaré cuando anochezca
tú me dirás "hasta mañana"
y cuando amanezca
yo te diré "buenos días, amada mía".
Pedro Cliseria.
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