domingo, 2 de agosto de 2015

EN LA MADUREZ DE LAS ESPIGAS


Buscándola barrí el paisaje con la mirada.
Sueños de amor, despedidos en el aire viajero.
La niebla fría, húmeda, helaba mi sangre,
mis suspiros regalaban retazos de recuerdos.

Hombros femeninos, esculpidos en detalles,
largos y delicados brazos, floreciendo ternuras,
mirada dulce, arrogante, invitación seductora,
su desnudez turbadora, suspendía el anciano tiempo.

Como espigas maduras, escurridizos en amores,
solo queríamos amarnos, sin pudor… entregados.
Correríamos todos los riesgos, la desilusión o el amor,
proscrito confinamiento del placer… caricias y piel.

Llamas de velas danzando, abrazados sin vacilaciones,
aguas delicadas de cristal rojo, frescor pasional.
Así, sin permiso, nos fundimos en sublimes cúpulas
las noches oteando, lujuria, éxtasis… nuestros cuerpos amantes

Álvaro Álvarez Rojas (aprendiz de poeta ) -Colombia-

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