Naufrago en las olas de tu cuerpo
cuando hacemos el amor,
atormentado por el silencioso
y hondo orificio de tu vientre
donde corre la humedad de los deseos,
y frente al lujurioso espejo de la noche
se sientan a charlar la pasión y el placer
para que arco y flecha, tensos, se disparen
buscando el centro del blanco de la carne
para introducirse en los desgajados pliegues
sin producir heridas ni dolor.
Así es el amor... nos brinda todo
cuando ocupa un espacio
y acorta la distancia de los cuerpos
buscando sus aguas de placer
en los jardines de la piel,
para encontrar dos prisioneros
que coronan su libertad oliendo a paraíso,
cuando traviesos se despojan de sus trajes
y liberan las ropas del amor
para resplandecer su cuerpo,
que desnudo comienza su reinado
en el imperio que guarda en su interior
para luego abdicar por el placer.
Ysidro Parra -Venezuela-
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