se ha convertido
en una soledad sombría
cuando en los días grises
late con ritmos sordos
romances y sonetos
al compas de la llovizna
que canta mis poemas.
En esta tarde de octubre
el insomnio del recuerdo
despierta con la lluvia del silencio
que resbala tras el cristal
uniendo versos tras versos,
intentando resolver
crucigramas de nostalgias.
La lluvia esta enamorada,
la veo caer en el suelo,
los hilos que ella forma
repiten una canción
con quejidos roncos de dolor
y agita el ritmo de mi corazón
Yo acaricio el cristal,
ella lo besa, se funde y resbala,
hasta que yo abro la ventana
y acorto la distancia para abrazarla.
Las nubes, celosas de esta locura,
la llama…
Entre gotas y gotas
nos damos un beso
y en silencio se marcha.
María Sánchez -San Fernando-
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