lunes, 1 de octubre de 2012

CUALQUIER BARRIO EN CUALQUIER RINCÓN DEL MUNDO


Veo este paisaje desde mi ventana
Y creo que ha estado ahí siempre
Como una eternidad absoluta
En la que no cabe la menor duda
De otra existencia.
Los edificios con sus ojos ventanas
Y sus bocas puertas
Por las que se tragan a los inquilinos;
A las inquietas mujeres y hombres que vienen y van
Con ese eterno y cansino
Ritmo de lo cotidiano,
De lo usual, de lo establecido
Como una norma que
Nos abraza y atrapa
En su brazos asfixiando nuestras expectativas
De libertad.
Libertades distintas de las
Del hoy, día a día,
Ritmo monocorde y decadente
De los seres humanos
Que han hipotecado
Sus ilusiones, sus deseos
En pos de una falsa deidad,
Tan irreal, tan perversa
Que los destruye, sin que ellos
Puedan reconocer sus fracasos.
Veo, desde mi ventana
Enormes edificios
Que se me antojan
Cajas de zapatos en las
Que un niño jugando
Ha abierto ventanas
Para entretenerse.
Enormes cajas
Que acogen enormes pesares
Y enfermos se duermen
Los hombres
Pensando en un mañana mejor.
Sueñan con el fin de mes,
Con la paga, con comprar,
Gastar, gastar, malditos.
Ahora que ya somos
Más simples y dóciles clientes
Ríen y suenan las voces que salen
Por las ventanas.
Suenan mecánicas
Como de otro mundo
Y son las voces que llegan de las ondas,
Luces azuladas, rayos catódicos,
Se fugan por las ventanas y las voces,
Que a veces coinciden,
También se fugan por las ventanas
Hacia una incierta realidad
Volando sobre calles solitarias
E iluminadas con un color
Amarillo que invoca a la nostalgia.

II

En algún rincón de este barrio
Oigo la algarabía que hacen los chiquillos
En el patio del colegio.
Quedan en ellos las esperanzas,
Las ilusiones, los deseos
De que cambien el mundo,
Que hagan un lugar
Más digno para habitar,
Un lugar donde lo primero sea el amor.
Que vuelvan las princesas y dragones
Y los cuentos y leyendas
Que llenen nuestras noches de sueños y
Desaparezcan las pesadillas
De éste cruel monstruo
Del consumo.

III

Todo se evapora
Y desaparece como
Estar en una realidad
Incierta o en una irrealidad
Cierta,
Como una nube o una cita
Empeño mis ojos en tu
Cuenta corriente y suben
Y bajan los intereses
De la epidermis y rojos
Los poros de hielo se
Azulan madre selvas
Y siempre muertas y
Doncellas envían sus
Últimos suspiros a
Un verano que flota
En el espeso aire
Que canta a la derecha
Y a la izquierda de
Ese fatídico dios.
Me evaporo y vuelvo
Al lugar de donde vengo,
La nada.

IV

Se acaba el tiempo
Y sigue la nada
Y el silencio y
El ulular de los
Vientos chocando
Sobre rocas,
Y amanece en la nada
Una memoria esclava
Se evapora y muere
No hay nada, no hay
Aire, agua ni perdón,
Los hombres recogen
Sus inquietudes
Y se descabalga un jinete amorfo
En el espejo de la luna.
Tiempo hacedor, te vas,
Pero sigues.
Yo ya soy ausente
Y olvido.
Luego Nada a la que vuelvo.

SALVADOR MORENO VALENCIA

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