viernes, 5 de octubre de 2012

ANTEOJOS


Es imposible limpiar a fondo estos cristales.
Hay una capa última de bruma que no cede.
Es un mínimo barniz,
una delgada cortina de niebla
que al trasluz se percibe claramente:
detenida en los cristales,
infunde a cada cosa que contemplo
una aura de reserva, un cerco de silencio,
una distancia indeclinable que resiste
la embestida del jabón, del agua, del aliento
y se ríe de la sed de la mirada.

Santiago Kovadloff -Argentina-
Publicado en la revista Mapuche 45

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