Es mi corazón una galería de museo
Que exhibe en los óleos de estos poemas
Las inmutables estrellas que orientan nuestra alma
Identidad, desolación, ausencia, creación, amor, muerte
Sed y vuelo.
Obras maestras de un renacimiento perfecto
Que son, al mismo tiempo, cartas marinas
Que el poeta utiliza para navegar en el mar de esta vida
Bajo el esplendor impasible de las constelaciones eternas
A instancias de todos cuantos no encuentran el punto que buscan
Hago sonar mis latidos escribiendo estos poemas,
Brotes que surgen de una misma emoción,
Para engendrar con pinceladas de diferente trazado
Cuadros que expresan y contienen pigmentaciones heterogéneas
Sé que el centro del universo no está en mi corazón
Pero mi espíritu mana una energía creadora
Que es capaz de cambiar el curso de las cosas
Porque lo que sí sé, con certeza y veo claro
Es el postulado que contemplo en vuestros ojos
Cuando observo atentamente el mensaje que desprenden
Todo el mundo busca la simplicidad, pero nadie la encuentra
Todos los días, cuando cansado de la jornada cotidiana
Me retiro a descansar, arrojo la toalla contra el lavabo
Y en un estado de ira me froto los ojos, y para salir de mi perplejidad
Digo en voz alta: Estoy bestialmente cansado de esta vida
Todo el mundo está perdido, estoy harto de ver
Como todo el mundo busca la simpliçité y nadie, nadie la encuentra
La simpliçité es un punto, una palabra que está más allá del lenguaje
La simpliçité traspasa el ser y el no-ser
Sobre esta simplicidad, impuesta y elegida al mismo tiempo
Está construida la metafísica de mis versos
Que expresan el fondo de mi pensamiento
Cuando logres alcanzar y, sobre todo, tener esa simplicidad
Verás esa extrañeza que hiere tus ojos
Navegarás por el mar que hay hundido en tu alma
Y sentirás cómo todo dentro de ti se desgarra
JUAN J. RODRÍGUEZ
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