Amor mío:
¡Cuánto tiempo, cuanta vida! se me va, amada mía
entre mi gris soledad y soñar que ya eres mía.
Cuantas veces te escribí tanta poesía, tantos versos con loca porfía
y amarte sin que me ames, y despertar de mis ensueños, casi sin vida.
Vivo entre pasiones perdidas en una lenta agonía buscándote,
desde donde no hay regresos, del horizonte ciego de mi soledad dormida.
¡Te presiento tan cerca! Y siento que nuestras pasiones dejarán atrás
las búsquedas olvidadas temblando de amor, apasionados de lujuria
cuando sienta sobre la mía, tu boca de rosa, respirar.
Y llegaste, amor, y olvidé mis viejas pasiones dormidas
entre grises martirios de esperas y soñar con caricias consentidas
amándonos ente gemidos dulces bebiendo nuestros alientos, vida mía.
Te desnudaré lentamente, en el martirio y gozo de tus pechos
para que entre tus piernas me lleves al cielo desde tu lecho
entre el embrujo de tu vientre de pétalos, sobre el mío
olvidando la soledad de todos mis recuerdos, amor mío.
Deja que tu lengua húmeda recorra mi vientre como mariposa en vuelo
hasta donde habita la lujuria, de mis carencias y desvelos.
Voy a ser como el diablo mismo y quemarte con mis fuegos
cuando haga mía la tibia rosa roja de tu vientre, con total herejía
sintiendo los murmullos del gozo de tu boca entreabierta, en la mía.
Espérame amor, para gozar juntos el éxtasis final entre tus pétalos
Viviendo apresurados la pasión pura de nuestros cuerpos
olvidándome de las penumbras de mis otoños viejos
y vivir entre los soles de las primaveras de tus sueños.
Desde ahora, quiero que mi mundo empiece y se termine, contigo.
Te amo.
Manuel F. Romero Mazziotti -Argentina-
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