El caballo blanco trata
de matar al alfil negro
pero luego dar jaque al rey
tras huir de la reina
y protegerse tras la torre
después de comerse un peón.
Al final el caballo blanco
se sacrifica para que la reina
siga en la partida
y consiga dar jaque mate
y derrotar a las huestes oscuras
en el tablero blanquinegro.
Ya está fuera el caballo
ya no dará saltos
del negro al blanco
y desde la caja donde ellos
lo guardaron los movimientos
seguirá de sus compañeros.
No hubo jaque,
no hubo mate,
la partida terminó
en tablas. Nadie perdió.
El caballo relinchó
de alegría y satisfacción.
JOSÉ LUIS RUBIO
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