lunes, 27 de abril de 2020

ELLA Y ÉL EN SUS EQUILIBRIOS


Que sus piernas son delgadas debajo del pantalón, es visible porque, dada la postura en la que está sentada, ella muestra los tobillos. Puede presumirse la tersura. Cuando desde otra mesa él levanta los ojos, ella lo está observando. Ha percibido aquel detenerse: el incipiente deseo. Él ansía dejar al descubierto aquellas piernas y morderlas con suavidad hasta las rodillas. Cuando las miradas confluyen, una cuerda de equilibrismo queda tensa. Un cable. Después cada uno desvía la vista. Él posa una mano sobre su hijo para indicarle se apresure. Ella arregla el cabello a una de sus tres hijas, la más pequeña.
Cada quien considerando: ¿Cómo acercarse? ¿Desde qué territorios? ¿Para cuáles exploraciones? ¿Con qué en juego? Cada uno se concentra en su desayuno, lo devora con ferocidad en ruta a la indigestión. Rabiosos, incompletos, desolados, anhelantes, roto el hilo de acero de sus equilibrios.

Del libro Bla bla bla bla bla sobre el amor de FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES

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