Hay un espejo en el círculo,
frente al cual la nada seduce,
dejas de buscar el todo.
¿Qué hacer?
¿Abrir el libro por el final,
obviando las páginas?
¿Huir de los brazos del viento?
¿Acabar en polvo de brisa
en el umbral del frío?
¿Reventar paneles
con el pensamiento
hasta que las metáforas,
sean aves, de trino honesto,
de canto alegre, de timbre joven?
Hay un espejo en el círculo,
frente al cual la nada seduce,
dejas de buscar el todo.
Seguir siendo, después de huir.
Consuelo Jiménez
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