¡Oh Divina Providencia!
¡Concédeme tu clemencia
y tu infinita bondad!
Arrodillada a tus plantas a ti caridad portento.
Agradezco para mí y para los míos casa, vestido y sustento.
Concédenos la salud, llévanos por buen camino.
Que sea siempre la virtud la que nos guíe en nuestro destino.
Tú eres toda mi esperanza.
Tú eres el consuelo mío.
En lo que mi mente alcanza,
en ti creo, en ti espero, y en ti confío.
Tu Divina Providencia se extiende a cada momento.
Para que siempre tengamos: casa, vestido y sustento
y abiertas las puertas del cielo en nuestro último momento.
Amén.
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VERA BOLAÑOS
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