Cada 8 de marzo se acumulan palabras de homenaje a la mujer. En esta fecha la sociedad toda debiera pasar examen, qué tanto hemos avanzado en el respeto hacia la mujer. Algo que se dice, y se práctica en mucho menor medida. Igualdad de género, igualdad de oportunidades, igualdad de salarios.
Ocurre que el poder, el estado y sus creaciones son un acumulado histórico del accionar humano con toda su carga de opresión. Recién en el siglo pasado la mujer ha ido copando el lugar que le corresponde, pero todavía queda mucho camino por hacer.
Los crímenes contra la mujer continúan repitiéndose, con su carga de oprobio. ¿Soluciones? Hay quienes proponen castigos más severos. Lo racional sería que dichos crímenes no ocurrieran, eso será posible en un orden social nuevo, basado en la conciencia de que en verdad todos somos hermanos.
En este aquí, falta conciencia, en este ahora ya no basta con elucubrar utopías, hay que ir más allá, avanzar hacia el pleno desarrollo del potencial creador de cada ser humano y en esta misión de humanidad, la mujer tiene el más alto papel que jugar, como formadora de seres humanos íntegros.
Solo me queda decir que, tanto en el movimiento Sur como en el Festival Palabra en el mundo, la mujer demuestra cada día su admirable capacidad de poner en marcha ideas que trascienden.
Desde mi lugar bajo el sol, itinerante en San Pedro Sacatepéquez, Guatemala, reciban todas y cada una mi más alta estima. Con ustedes y por ustedes, mujeres de nuevo tipo, siempre.
Un abrazo desde las alturas.
Tito Alvarado
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